¿Cómo vencer estos miedos?
Tras varios artículos hablando sobre el miedo voy a desvelar hoy los 3 pasos que siguen los vendedores "exitosos" para conseguir que el miedo no les paralice:
Lo primero y más importante es aceptar que tenemos miedo. Sabemos que todos lo padecemos y no es un síntoma de debilidad reconocerlo. Recuerda que "El valor no es la ausencia del miedo"
El segundo paso es, identificar cuál es nuestro miedo. A veces no es fácil reconocerlo. En ese caso lo mejor es centrarnos en la otra cara de la moneda: ¿cuál es nuestra motivación?:
- ¿estar integrados en el grupo?
- ¿Ganar mucho dinero?
- ¿Alcanzar unos objetivos?
En función lo que nos motive tendremos miedo a perderlo. Por ejemplo, si nos encanta formar parte de un grupo homogéneo de personas, probablemente nuestro mayor miedo será al rechazo.
Y el tercer paso es el más dificil de todos, mirar al miedo a la cara y hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo siempre es nuestra propia cabeza. Nosotros somos capaces de imaginar cosas mucho peores que la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos. Cuando un jefe, o un cliente, te dice: "haz esto o atente a las consecuencias", probablemente pensemos en unas consecuencias mucho más dramáticas que las que luego realmente sucederán.
Por tanto, lo mejor es que ante una amenaza pongamos sobre el papel las posibles consecuencias. Por ejemplo, "nada tengo nada pierdo" si me quedo sin venta, ¿cuánto tardaré en hacerme otra venta? ¿Tengo dinero ahorrado? Seguro que el próximo no va a querer perder la oportunidad que le ofrezco... ¿Tengo contactos? ¿Cuál es mi empleabilidad?, etc.
Estoy hablando de aquellos vendedores que han sabido expresar sus primeras palabras de forma fluida y sencilla, amable, aportando algo útil, y abiertas a escuchar comentarios. Lo que pasa es que hay vendedores que no conocen su producto, ni su empresa, ni sus recursos, ni a la competencia. Hay muchos otros que sí saben, pero tienen su información en desorden y cuando pretenden exponerla, no tienen idea por dónde empezar.
En definitiva, antes de vender cualquier cosa hay que hacer una planificación y trabajo de estudio y luego superar los miedos centrándonos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.
Victor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos", "cuando salga contaré esto al mundo".
Como decía Nelson Mandela:
"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo"
Lo primero y más importante es aceptar que tenemos miedo. Sabemos que todos lo padecemos y no es un síntoma de debilidad reconocerlo. Recuerda que "El valor no es la ausencia del miedo"
El segundo paso es, identificar cuál es nuestro miedo. A veces no es fácil reconocerlo. En ese caso lo mejor es centrarnos en la otra cara de la moneda: ¿cuál es nuestra motivación?:
- ¿estar integrados en el grupo?
- ¿Ganar mucho dinero?
- ¿Alcanzar unos objetivos?
En función lo que nos motive tendremos miedo a perderlo. Por ejemplo, si nos encanta formar parte de un grupo homogéneo de personas, probablemente nuestro mayor miedo será al rechazo.
Y el tercer paso es el más dificil de todos, mirar al miedo a la cara y hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo siempre es nuestra propia cabeza. Nosotros somos capaces de imaginar cosas mucho peores que la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos. Cuando un jefe, o un cliente, te dice: "haz esto o atente a las consecuencias", probablemente pensemos en unas consecuencias mucho más dramáticas que las que luego realmente sucederán.
Por tanto, lo mejor es que ante una amenaza pongamos sobre el papel las posibles consecuencias. Por ejemplo, "nada tengo nada pierdo" si me quedo sin venta, ¿cuánto tardaré en hacerme otra venta? ¿Tengo dinero ahorrado? Seguro que el próximo no va a querer perder la oportunidad que le ofrezco... ¿Tengo contactos? ¿Cuál es mi empleabilidad?, etc.
Estoy hablando de aquellos vendedores que han sabido expresar sus primeras palabras de forma fluida y sencilla, amable, aportando algo útil, y abiertas a escuchar comentarios. Lo que pasa es que hay vendedores que no conocen su producto, ni su empresa, ni sus recursos, ni a la competencia. Hay muchos otros que sí saben, pero tienen su información en desorden y cuando pretenden exponerla, no tienen idea por dónde empezar.
En definitiva, antes de vender cualquier cosa hay que hacer una planificación y trabajo de estudio y luego superar los miedos centrándonos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.
Victor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos", "cuando salga contaré esto al mundo".
Como decía Nelson Mandela:
"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo"
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