Alicia En El Pais De Las Maravillas

Ayer sábado, por fin pude llevar a mi hija Lucia a ver Alicia en el país de las maravillas.. Ella llevaba esperando ir desde el 16 de abril, día que estrenaran la película en Vigo, pero queria ir conmigo, que tantas veces le había leído el cuento antes de irse a dormir. No quiso ni invitar a una de sus mejores amigas cuando le vino a buscar. Cuando se lo propuse me dijo: ¡No papi, dile que nos vamos a ver a un amigo tuyo!

Confieso que yo también estaba deseando ver la película. Alicia en el país de las maravillas siempre ha sido uno de mis cuentos favoritos y conocer una nueva visión de la historia, dirigida por Tim Burton y protagonizada por Johnny Depp me seducía enormemente.
¿Y a quien interpreta Johnny? Nada más ni nada menos que a mi personaje favorito, el sombrerero loco, aunque en la obra de Carroll nunca se le llama así.

Ya por la mañana nos acercamos a buscar las entradas y decidimos sacarlas para la primera sesión de la tarde. Llegamos a las 16:30 en punto, cuando entramos estaban pasando el último anuncio. Elegimos ubicarnos por el medio, había pocos espectadores. Al sentarnos en la butaca noté a mi hija nerviosa, deseando vivamente ver como empezaba……..

…..han pasado trece años desde que Alicia visitara el País de las Maravillas. Se ha convertido en una joven de 19 años huérfana de padre que asiste a una fiesta en una mansión victoriana. Allí descubre que está a punto de recibir una propuesta de matrimonio frente a un montón de gente estirada de la alta sociedad. Alicia entonces se escapa, corriendo tras un conejo blanco, entra a un agujero tras él y se cae por el hueco de un árbol. Al llegar descubre varias puertas, una llave y un bebedizo. Tras beber de la botella y hacerse pequeña llega el país de las Maravillas. Descubre que es gobernado por la malvada Iracebeth, la Reina de Corazones, que utiliza al dragón Galimatazo y que sólo ella puede combatirla. Pero Alicia no recuerda nada de su anterior viaje, por lo que se irá reencontrando con viejos conocidos, como, el maravilloso personaje Tarrant, el Sombrerero Loco que la ayudarán a recordar su primera visita a éste mágico reino.

Tanto a su director Tim Burton como a Johnny Depp la historia les va como anillo al dedo pues la mayoría de sus películas se han caracterizado por la presencia de mundos imaginarios donde suelen estar presentes elementos góticos y oscuros, cuyos protagonistas suelen ser seres inadaptados y enigmáticos (“Eduardo Manostijeras” o Sweeney Todd, “El barbero diabólico de la calle Fleet”) personajes marginados (el travesti Bon Bon en “Antes que anochezca” o Hunter S. Thompson en la película de culto “Miedo y asco en Las Vegas”), o simplemente diferentes (Jack Sparrow en “Piratas del Caribe” o Willy Wonka en “Charlie y la fábrica de chocolate”).

La película tiene sus momentos de deleite, humor y deslumbramiento. Pero también se hace más común a medida que avanza y se acaba convirtiendo en algo mucho más convencional de lo que debería. Es divertida y da una nueva una visión de la historia pero mostrando a una Alicia más crecidita que regresa al mundo mágico donde se adentró siendo una niña y del que no recuerda nada, aunque estaba deseando regresar. Allí volverá a encontrarse con todos sus amigos.

Si hay que hacerle una crítica os diré que no mantiene el espíritu de la original, por lo que recomiendo a los amantes de las novelas Carroll, 'Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas' y 'A través del espejo y lo que Alicia encontró allí' que mejor se abstengan de ir a verla. Por desgracia es un Lewis Carroll ligero, y tiene fallos, pero es tan 'burtonesca' como uno podría desear; una verdadera delicia para los fans de su rebuscada imaginación, y con grandes actores británicos.

Su ingenio y su visión son tan creativos como era esperable viniendo de él pero la adaptación de la historia nunca acaba de resultar tan intrigante e interesante como debería y eso que encuentro bastantes cosas que funcionan admirablemente en esta película, como la capacidad hipnótica de sus imágenes y un clima que te mantiene expectante. Es una película que ves y escuchas con agrado, pero el poso que deja es escaso. Incluso puede que algún espectador se canse un poquito de la grandilocuencia delirante de Johnny Depp, pero en esta película se nota que vuelve a disfrutar de un papel hecho a su medida.

Yo siempre hablare bien de Johnny pues me siento identificado con su vida, sobre todo en sus comienzos. Si tu me conoces desde que tengo uso de razón enseguida sabrás porque lo digo. La vida de Johnny es un paseo de emociones, pasiones y buenas decisiones. Nace en 1963, a los doce años su madre le compra una guitarra y empieza a tocar en una Banda de Rock. Tiene una etapa bohemia en la que se estanca en las drogas, etapa que Depp supera casándose con Anne y trabajando como vendedor…... Entonces conoce al actor Nicholas Cage (con el que también me siento identificado, sobre todo desde que de joven lo vi interpretando a Seilor en “Corazón Salvaje”) quien le llevó a probar suerte en la interpretación. Aún hoy sigue con el vicio del cigarro.

Volviendo a una película dirigida a todos los públicos no puedo olvidarme de mencionar a Mia Wasikowska (pronunciado Va-shi-KOF-ska) que esta bastante acertada en el papel de Alicia, consiguiendo esa mezcla tan explosiva de ingenuidad infantil y erotismo. Si, la Alicia de Tim Burton me recuerda levemente a la de Alan Moore en su Lost Girls. Una chica en vez de una niña; un objeto de deseo y un sujeto en estado de transición, de incómodamente pasivo a liberadoramente activo. Con ojeras y sin medias, ni corsé, la extraña protagonista - en las carnes de una perturbadora novata, cae por la clásica madriguera para que, guerra mediante y contra todo pronóstico, se le insinúen el antihéroe y el villano. Las reinas -Roja y Blanca- toman posiciones -morales, desde luego, esto es Disney- y sus representaciones, aunque un tanto desdibujadas, siguen perpetuando el cliché de la bruja y la virgen. Pero, la lucha fraticida es lo de menos en esta película sobre las apariencias, el deber -de clase- y salirse por la tangente.


Qué curioso resulta que casi nadie caiga en la cuenta del permanente guiño lésbico entre Alicia y la Reina Blanca, cuya interpretación a mí sí me encantó. Cuando precisamente esa Alicia viril explicaría el interés de Burtón en que parezca Juana de Arco.

Pero lo importante en esta historia está en las motivaciones de la protagonista, que renuncia al submundo delirante y a un romance inesperado por una vida de empresaria. Eso sí que es pegar el estirón.

Y ahora me voy a dormir, a soñar con Alicia. Hasta mañana.

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