Atlético de Madrid ¡¡¡Campeones!!!


El partido comenzó con el Fulham refugiado en su campo, con Zamora de islote olvidado arriba. Presionaba a partir de la línea divisoria y a base de sumar hombres atrás conseguía enmarañar el ataque rojiblanco. Trabajador pero endeble. La ventaja atlética era cuestión de tiempo, y llegó a la media hora por mediación de Forlán, un hombre que ejemplifica como ningún otro la temporada de su equipo.

Tras un inicio muy complicado, el uruguayo ha recuperado su olfato goleador cuando más cuenta. El 'Cacha' cazó un remate fallido de Agüero que desató la euforia entre la marea roja y blanca. Pasajera y tan propia del conjunto atlético.

Minutos después se destapaba su lado oscuro. Una nefasta jugada en defensa ponía el balón a los pies de Davies y el galés, a diferencia de Zamora segundos antes, no dudaba para embocar a gol. Un jarro de agua fría para el equipo pero no para la afición, que día tras día recuerda con hechos que el Paseo de los Melancólicos no es nombre para el camino que conduce a su casa.

Sin lugar a la desesperanza, empujó la afición y respondió el equipo, dando lugar a un asedio que se resolvió sin frutos. Imagen que se diluyó en una segunda parte en la que el atleti se mostró aletargado, contagiado por el Fulham. Un equipo, el inglés, que tras intentarlo con timidez dio por bueno el empate y condenó el choque a la prórroga.

Tiempo de desenfreno, a su medida. Demostrado en las semifinales de Anfield y corroborado en la gran final. Otra vez Forlán, a partir de hoy leyenda del Atlético. Eso sin desmerecer a Agüero que cocinó en banda y el uruguayo remató de tacón para desatar la locura rojiblanca.

Sin resuello, con la afición rojiblanca agarrada ya a De Gea en previsión de los penaltis inminentes, Kun y Forlán, las dos joyas letales, se juntaron para desempolvar una leyenda que siempre estuvo ahí. 48 años después, casi Medio siglo, el Atlético levantó la Liga Europa, su segundo título continental, tras ganar al Fulham en el último suspiro de la prórroga.

Una final es un dolor, un asedio a la gloria que no puedes dar por alcanzada hasta oír el bendito pitido final. Salvo casos contados ningún combatiente se da por vencido. Cuesta tanto llegar a la cita suprema que, una vez que comparece, nadie dimite así como así. Ni siquiera el Fulham, un equipo de fútbol antediluviano cuya presencia en Hamburgo sólo se comprende por su fe y por el miedo que, dicen, provoca en los rivales la ratonera que es su estadio.

Pero al final el Atlético de Madrid engrandeció su figura en Europa conquistando ante el Fulham inglés (2-1) la primera edición de la UEFA Europa League en una final de infarto. Este equipo consiguió el segundo entorchado continental que alimenta las vitrinas del Vicente Calderón tras la Recopa cosechada en 1962 (año en el que nací) y que abre el camino hacia un nuevo doblete.

Hizo honor el cuadro rojiblanco al insistente canto de su afición y volvió a sentirse campeón 14 años después. Lo hizo a su estilo, al de un equipo adicto a la adrenalina, que vive en una permanente montaña rusa que ahora pasa por su momento más alto. Y lo hizo gracias a Forlán, de nuevo voraz de cara al gol, y al Kun que le sirvió un pase magistral despues de driblar a tres defensas rivales. El argentino y el uruguayo atisbaron una pelota larga que llegaba desde la cueva. Rebuscaron un último soplo de aire en sus pulmones, apenas se cruzaron una mirada y supieron qué hacer exactamente. Agüero salió a recibir el balón y Forlán se escabulló hacia el área. El bravo Kun escondió el esférico como sólo él sabe hacerlo, burló a Baird y lo sirvió al uruguayo. Este metió la bota derecha, apenas rozó el cuero, y en mi casa y en el Hamburgo Arena estalló el éxtasis colchonero.

A partir de ese momento Madrid se tiñó de rojiblanco. Mientras la alegría nos desbordaba muchos hinchas del Atleti se pusieron de camino a la madrileña plaza de Neptuno ..... Según una emisora de radio, unas 30.000 personas se han dado cita en los alrededores de la plaza para celebrar la Liga Europa lograda por Atlético de Madrid en Hamburgo ante el británico Fulham.

Willy, junto con otros hinchas, salieron de su casa rumbo a la mítica plaza para compartir esa alegría con el resto de los seguidores rojiblancos. Por el movil me cuenta que la policía ha montado un fuerte dispositivo de seguridad para controlar los accesos hasta las inmediaciones de la plaza, que se encuentra vallada y continúa llegando una auténtica riada de gente desde todas la calles que confluyen a Neptuno.
Las fuerzas de seguridad también han acordonado la fuente de la Cibeles, lugar de celebración de los seguidores del Real Madrid y situada cerca de la de Neptuno para evitar posibles altercados.

Mañana jueves, después de que los jugadores regresen a Madrid, está previsto que recorran varios puntos de la ciudad para ofrecer la Copa al Ayuntamiento, a la Comunidad y a la afición.

El autobús del Atleti seguro que saldrá del Vicente Calderón rumbo a Neptuno para ponerle al dios de los mares la pertinente bufanda rojiblanca.

¡¡¡AUPA ATLETI!!!

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