15M ¿El Resurgimiento, o el Hundimiento?


El domingo pasado los indignados volvían a sentirse mayoría. Había mucha gente que lo festejaba. El ambiente lúdico se vio favorecido por el predominio de gente joven que recorrían las calles de Madrid de norte a Sur y de este a oeste. Todas las calles confluían en un mismo punto. Al final era como “La Marabunta”. Aunque sin un duro en el bolsillo, culminaba su esfuerzo cantando y bailando,“Están contentos porque cantan, no cantan porque estén contentos”, sugirió un joven de cuarenta y muchos. Si, respondió uno de sesentaitantos, probablemente porque “Tu revolución no me interesa si no puedo bailar”, como Emma Goldman decía hace un siglo.

Últimamente leo y escucho todo lo que puedo intentando calmar mis miedos. Pero cada día empeoran. Vender se está volviendo cada vez más difícil, aunque se sepa como. Sobre todo vender rentablemente. Y eso, creo, es nefasto para el país.

¿Que quien tiene la culpa?

Estoy convencido que la culpa NO la tiene la droga como me decían los mayores cuando ocurria una desgracia y yo era un joven veinteañero.

La culpa la tienen los políticos y los banqueros que nos han malvendido como si fuéramos mercancía barata. Y eso lo sabemos los INDIGNADOS del 15M. Si yo también soy un INDIGNADO. ¿Qué por qué? Por que con este movimiento se ha logrado traspasar la sociedad y confundir a una elite política fuera de contacto con la realidad; con su nivel de organización y capacidad de propagarse rápidamente a otros barrios, ciudades e incluso países. No hablamos el idioma de los políticos y rechazamos los modelos verticales de organización. Llegamos a las decisiones por consenso. Escuchamos. Y lo que buscamos es una transformación profunda, que trasciende los partidos políticos y los métodos tradicionales de gobierno. Nuestras armas son las palabras y las redes de medios de comunicación social.

Somos muy conscientes de que los políticos han avalado a los banqueros con dinero público porque iban a perder dinero con las personas que no son capaces de devolver los intereses abusivos que les están cobrando. Los intereses, no lo que les han prestado.

Estoy convencido de que las insolvencias en el sector financiero se pueden resolver de otro modo. Los prestamistas cobran un interés por sus préstamos entre otras razones porque corren un riesgo, y por ello es moralmente justo que si los préstamos se vuelven incobrables o parcialmente incobrables sean ellos los que asuman las pérdidas, y no ciudadanos y ciudadanas que no tienen nada que ver con todo esto.

Y lo peor es que tengo la sensación de que nadie parece tener el ánimo o el interés en cambiar la situación de este país.

Da la sensación de que todo el mundo está esperando el colapso (de las empresas, del Estado, de la Administración) para tomar una decisión. Quizá están esperando el milagro y que todo pase, como un mal sueño. Mientras tanto, la gente sufre y todos buscan un chivo expiatorio al que sacrificar. Unos dicen que la Banca (jejeje), otros que los ricos (¿cuáles y cuánto de ricos?), en fin entes inaprensibles... Hasta que encuentren a la víctima perfecta.

¿Y entonces? ¿El Resurgimiento, o el Hundimiento? Mientras tanto observo que cuando tenga la edad de mi padre no habrá más de una persona que pague, no ya pensiones, impuestos por cada persona en edad de jubilación. El sistema de pensiones que conocemos YA está quebrado porque no hay reposición de aportantes. Mengua cada año, lo queramos ver o no. ¿Vamos a esperar a que llegue el momento final de quiebra absoluta sin prevenirlo?

Nunca el largo plazo fue tan corto para tomar una decisión. ¿Esperaremos a que mañana sea otro día para esperar un nuevo amanecer sin tomar ninguna decisión?

No ya no esperamos más. Creo que yo empezaré por la insurrección fiscal, y tu?

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