Mama, papá…..¡de mayor quiero ser vendedor!


Los vendedores nunca ganan los premios al mérito del trabajo, no ganan los concursos de popularidad, no son glamorosos, ni fashion. Cuando preguntamos a un niño que quiere ser de mayor dice que futbolista, torero o….. Bisbal. En el mejor de los casos nos contesta que médico, farmacéutico o ingeniero, pero nunca que quiere ser un vendedor profesional.

Sin embargo es una profesión clave, una función del marketing estratégico, basada en las relaciones, y en los negocios. Es la parte que directamente entra en fricción con el mercado, con la competencia, con los clientes..........y con las negativas.

Es duro ser vendedor, y ser un buen vendedor es realmente duro. Desplazamientos, visitas, reuniones, comidas, prebendas….., siempre con buena cara, optimización del tiempo, descubrir necesidades, presentar propuestas....y siempre con buena cara, hayas tenido el día que hayas tenido… y aceptar muchas negativas; unas con mas y otras con menos cortesía, pero una tras otra, hasta lograr el ¡SI, .......pero bájame al precio que tu competencia me ofrece!

Con formación, sin formación, elegante o con calcetines blancos, con afán de ayudar al cliente –los menos- o con afán de utilizarlo… pero siempre una profesión dura. Una profesión en la que eliges ser un tipo entrañable o ser un verdadero cabrón. esto último lo digo especialmente por los malos vendedores, los que improvisan, hacen mala “praxis”, mienten......, que no son pocos. Y no vale escudarse en ‘es que es mi trabajo’ ¡Mentira! Esa clase de personas serían así en cualquier puesto de trabajo: unos aprovechados que al final solo consiguen lo que hacen.....que se aprovechen de ellos.

Ambas partes son ciertas. La del que sufre hasta lograr una venta, y la del que disfruta.. Ambos extremos se necesitan, el comercial pesado y el carismático, el embaucador y el profesional, el que miente y el que esconde la verdad hasta el momento adecuado….... y en la otra parte el cliente que lo aguanta todo, esperando a que tome aire para mandarle a tomar eso mismo con viento fresco o para comprarle encantado por que le genera valor en su empresa.

En definitiva: una profesión que enseña mucho, que forja. Y que, a todos, acaba siempre por recompensar, haciéndonos a todos mejores personas.

Y además,…..¡que coño! ....¡que de eso vivimos todas las empresas!: de vender satisfaciendo necesidades……..de generar valor para crear, desarrollar y fidelizar clientes.......lo demás es "pan para hoy y hambre para mañana.

En definitiva, que de momento nadie quiere ser vendedor ¿?......,

Y yo lo único que espero es que el día que oigamos a un niño decir con gran firmeza -¡mamá, papá de mayor quiero ser un buen vendedor!- no le invada a los padres un sentimiento, mezcla de sorpresa y compasión, e intente convencerle de las ventajas de ser futbolista, cantante o incluso torero, en vez de animarle a seguir con su vocación………..

En fin, ¿como no cambiemos nuestras creencias....... que podemos esperar de un país que no tiene una cultura de ventas ganadora?

Comentarios

  1. Yo tambien creo que en España nos educan para el fracaso....yo creo que tambien me quedaría muy sorprendida si mi hijo me dijera que de mayor quiere ser vendedor. Quizás tenga que dinamizar mis creencias. Muchas gracias por aportarme otro punto de vista.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Cuéntanos tu experiencia, comparte tu punto de vista,
nuestro blog es un espacio abierto a conversaciones e intercambios!

Entradas populares de este blog

La importancia del argumento comercial

¿Qué necesitas para ser un buen Director Comercial?

Servicio al cliente. Potente herramienta de marketing.