El mundo ya ha cambiado ¿a que esperas tu para cambiar?

Desde que empecé a escribir en este blog allá por el año 2006 abogo por la necesidad de un cambio profundo en la mentalidad, en los valores y en la cultura de nuestra sociedad. Mucho llevo escrito desde aquel día sobre la importancia de cambiar la intención y el enfoque en la manera en que debemos relacionarnos con los demás. Y desde el principio he propuesto la premisa de que hoy "las relaciones siempre van antes que los negocios".

Sin embargo, nadie nos preparó para el tremendo cambio que ha sufrido en los últimos años el mundo de los negocios. Por eso, desde esta tribuna he abordado muchos temas, casi todos relacionados con los negocios y  la venta, aunque no exclusivamente; he abogado por distintas iniciativas y posibles soluciones, a modo de modesta contribución. Casi siempre con la intención de infundir esperanza en un mundo cada vez más carente de ella —y créanme que sin esperanza no hay humanidad posible—, de dibujar un futuro accesible y realista en el que podamos creer con ilusión y esperanza. En definitiva, el mensaje siempre ha sido tomar conciencia para establecer los cambios que aseguren en el futuro un mundo más equitativo y más sostenible, sin aspiraciones de alcanzar el Paraíso ni negar las muchas imperfecciones inherentes a la condición humana. Y no me considero un ingenuo.

El mundo en el que esos grandes gurús del management, como Henry Ford o Alfred Sloan, desarrollaron sus teorías desapareció hace tiempo… y sin embargo, muchas personas todavía no se han dado cuenta. Creo que estos líderes de principios del S. XX se revolverían en sus tumbas si vieran que sus doctrinas, absolutamente innovadoras y rompedoras para el momento en el que fueron concebidas, se siguen aplicando con mínimas variaciones en el siglo XXI. Se revolverían porque su celebridad nace de haber cuestionado la forma de hacer las cosas en su época, es decir, por atreverse a afirmar que existía una forma mejor de hacer las cosas que las prácticas establecidas.

El mundo en el que esos grandes gurús del management desarrollaron sus teorías desapareció hace tiempo… y sin embargo, muchas personas todavía no se han dado cuenta. En este nuevo mundo pasan cosas para las que no nos han enseñado a estar preparados: 
  1. El mercado cambia a la velocidad de la luz, y si quieres seguir en la cresta debes cambiar a la misma velocidad.
  2. Los clientes rehúyen ser considerados un “segmento”, y reclaman su independencia y personalidad única.
  3. Los empleados no están dispuestos a ser considerados un tornillo, y quieren crecer y aportar valor.
  4. El conocimiento está en todas partes… pero sobre todo, está más allá de las fronteras de tu empresa.
  5. Los productos ya no tienen sólo que ser buenos. Tienen que ser extraordinarios. Y diferentes. Y adaptables.
En este nuevo ecosistema nos enfrentamos a un dilema absurdo con una única solución correcta: el cambio. Y sin embargo, seguimos empeñándonos en intentar moldear la realidad a nuestra forma de entenderla en lugar de adaptarnos, en esperar a ver si la tormenta amaina, a ver si acaba la crisis. 

Pues traigo malas noticias para algunos: esta es la nueva realidad, y el mundo nunca más volverá a ser igual. 


No podemos ni enseñar ni utilizar las herramientas con las que aprendimos y con las que tomábamos decisiones hace 10 ó 15 años dentro de las empresas, ya que el mundo donde se van a mover y desempeñar es absolutamente distinto del que aprendimos los que ya somos mayores de 30 años.

Por lo tanto hay que cambiar el chip y crear las condiciones adecuadas si queremos tener alguna oportunidad de negocio en este mundo que ya ha cambiado. Los conformistas están condenados al ostracismo, lo gris ya no tiene cabida cuando se trata de dibujar un nuevo paradigma.

Lo positivo de esto es que hemos tenido la suerte de ser protagonistas de un cambio de era de los que no hay ni uno por siglo. Es hora de desaprender lo aprendido, de eliminar prejuicios y de mirar al futuro como si nada hubiese existido antes.

"El mundo ya ha cambiado”

Es una de las muchas frases que llevo repitiendo a los que me rodean cada día, desde hace meses, y que muchos aún no se han enterado y siguen pensando que todo va a volver a ser como antes.

Los directivos que se buscan hoy en día son personas que ejercen su profesión con los siguientes atributos:
  • Conocimientos/habilidades
  • Juicio
  • Generadores de confianza
  • Sienten pasión por su trabajo.
  • Un alto grado de manejo del riesgo y de la incertidumbre
  • Un alto grado de desenvolvimiento en entornos multiculturales.
Ya no van a existir los empleados, sino los emprendedores y empresarios que ven más allá del corto plazo, y si un directivo va a trabajar 10 o 14 horas para una compañía, mejor sería que lo hiciera para la suya propia.

Los mercados emergentes y donde están las posibilidades de crecimiento real está en los países en vías de desarrollo, por lo tanto no podemos ceñirnos al localismo, la globalidad es ahora nuestro terreno de negocios.

Y otro mensaje importante en relación al análisis de la crisis actual, “Es probable que hasta dentro de 5 años no empecemos a ver el resurgimiento”, pues que bien, tenemos 5 años de gracia para crear estas nuevas líneas de negocio y estrategias para que cuando llegue este momento ya hayamos realizado todos los programas y acciones necesarios.

No me mal interpretes. Yo no tengo las respuestas a todas las preguntas ni pretendo tenerlas. Simplemente comparto contigo una serie de reflexiones que me vengo haciendo desde hace ya tiempo. No es fácil romper con un modo de vida que hasta hace poco pensábamos que era el único que existía. Simplemente te pido que te tomes un tiempo para sentarte en silencio y pensar sobre estas cosas, pues llegado el día te plantearás seriamente tomar ese cambio del que aquí hablamos. Llegado el día, no te voy a dejar sólo en tu camino de cambio, pues yo mismo estoy de lleno en ello y gustoso compartiré contigo mis experiencias.

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