De Procusto y otros idiotas: un alegato para dejar de ser tan españoles
En la mitología griega, Procusto era el tipo que te daba cama... y después te ajustaba a ella con serrucho o poleas, según hiciera falta. Si eras muy alto, te amputaba las piernas; si eras bajo, te estiraba hasta que crujieran tus huesos. Una joya de la hospitalidad, vaya. Pero no estamos aquí para hablar de mitos. Estamos aquí para hablar de cómo este "cabrón" es el espejo perfecto de nuestra sociedad. Procusto es el idiota arquetípico : ese que ve solo lo suyo y se cree la medida de todas las cosas. El que no escucha, no debate, no cambia, no aprende. Y, por desgracia, vivimos en un país lleno de pequeños Procustos : cada uno en su trinchera, aferrado a su verdad como si fuera una maldita reliquia. Si esto te molesta o incomoda, vamos bien. Esa incomodidad es el primer paso para dejar de ser "idiota". Porque, mira, el problema de España no es que seamos diferentes a otros pueblos. Es que somos incapaces de aceptar esa diferencia sin sacar las tijeras o la cuerda.