Nunca tendrás una segunda oportunidad de crear una excelente primera impresión.



 La primera vez que visitamos a unos clientes, a unos familiares, a unos proveedores, etc…, antes de cualquier saludo, contacto físico, presentación o cortesía, la primera percepción que se tiene de la otra persona es la imagen. La retina graba esta primera imagen -que puede cambiar a lo largo del tiempo-, pero de forma inicial, lo que se queda grabado en su cabeza es la primera imagen.

Si la empresa cuenta con un manual de Protocolo y Comunicación, seguramente que estos aspectos sobre la imagen estarán contemplados, o al menos se hará algún tipo de reseña sobre los mismos. La higiene, el vestuario, el corte de pelo ... todo forma un conjunto, junto con otros valores más personales que no tienen nada que ver con el aspecto físico. Es decir, no solamente las personas altas, esbeltas y atractivas tienen buena imagen. Hay otro tipo de belleza que no radica solamente en los aspectos físicos de una persona. Ser educado, inteligente, amable... no tiene nada que ver con la belleza física pero da una buena imagen de usted y de la empresa a la que representa.

Una buena combinación de parte interior y exterior es lo que compone la imagen de una persona. Ser amable, educado, inteligente, agradable ... pero ir mal vestido no es una buena combinación. Y al contrario; vestir de forma elegante pero ser grosero en sus modales, desagradable e incluso antipático, tampoco es una buena combinación.

Hay que tener en cuenta que la primera impresión es ÚNICA y DECISIVA. Y no hay otra oportunidad (de ahi su nombre, "primera impresión"). Según reza este dicho: "Hay tres cosas en esta vida que nunca vuelven atrás, la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida". Una mala primera impresión es una oportunidad perdida.


La primera impresión persiste en el tiempo. Se puede cambiar, pero cuesta. Al igual que una persona se prepara para una foto, la imagen debe cuidarse siempre, pero mucho más en cualquier primer encuentro. Es la foto instantánea que van a tener de usted ante esa persona o de esa persona a la que conoce por primera vez.

Cuantas veces se "juzga" mal a una persona por su vestuario, personas a las que no conoce y con las que no ha hablado nunca. En una reunión, en una fiesta... esa imagen puede transmitir algo que "a posteriori" no es cierta, pero es la que se percibe.

Hay que cuidar todos los detalles; armonizar el aspecto físico con el personal, con los modales, con la forma de expresarse y la forma de moverse. Todo este conjunto transmite, pero esa transmisión debe ser lo más positiva posible. Eso facilita sus relaciones sociales, laborales y familiares.

A nadie se le escapan escenas de ese novio/a que es presentado a unos padres realmente asustados por su aspecto; ese nuevo empleado que se presenta en la empresa con una imagen realmente "peculiar"; ese invitado que aparece en una fiesta con un vestuario "atípico". Todas estas "escenas" se dan con mucha más frecuencia de lo que se piensa. Y, en la actualidad, cada vez más. Muchas personas se consideran a si mismas más auténticas por tratar de diferenciarse del resto. Pero no saben que lo hacen, en muchas ocasiones, es causar una mala primera impresión. Y eso juega en su contra.

¿Por qué no le invitan a fiestas? ¿Por qué no consigue un empleo? ¿Porqué no es bien aceptado en un su nueva familia? En muchas ocasiones hay que analizarse uno mismo y no pensar que son los demás los que se equivocan.

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