Por qué los que piensan positivamente tienen resultados positivos.
Hoy voy a relatarte por qué los que piensan positivamente tienen resultados positivos, y los consiguen, de eso no hay duda.
Una razón de por qué un pensador positivo obtiene resultados positivos es por que no tiene miedo a los problemas, la verdad es que encuentra los problemas excitantes. Le gusta tomar un problema complejo y difícil, descomponerlo y volverlo a juntar de nuevo de modo correcto; no huye ante los problemas, no se queja de los problemas, le gustan los problemas.
Pues bien, ese fenómeno conocido como problema no es de lo más popular en este mundo de hombres libres y valientes. Y tengo la profunda impresión que el individuo medio piensa que la vida simplemente sería maravillosa si tuviéramos menos problemas, o problemas más fáciles o mejor aún, ningún problema y de ningún tipo.
Y ahora me gustaría preguntarte: “¿estarías realmente mejor si tuvieras menos problemas¿ ¿O problemas más fáciles? o mejor ¿ningún problema? ¡¡EH!! Contéstate: ¿ESTARÍAS REALMENTE MEJOR?
Te contestaré a esta pregunta contándote un suceso que me ocurrió hace unos años.
Paseaba yo por la Gran Vía de Vigo cuando vi que un amigo mío de Ourense se me acercaba. Por lo melancólico y desconsolado de su aspecto resultaba evidente que no estaba, por decirlo así, rebosando de gozo ante la gloriosa exhuberancia de la existencia humana -una forma elegante de decir que JAVIER estaba por los suelos, estaba ¡hecho polvo!
¿Como estas, Javier?, le pregunté. Como comprenderás no era más que una fórmula de cortesía, pero la verdad es que resultó un enorme fallo por mi parte preguntarle eso, porque Javier me lo tomó en serio, y durante 15 minutos me explico meticulosamente lo mal que se sentía........ y cuanto más hablaba peor me sentía yo.
Finalmente le dije: ¡Javier!, ¿Quieres decirme realmente cual es tu problema? ¿Qué te preocupa? Me gustaría ayudarte, si pudiera.
Eso le hizo dispararse. Ohh ....me dijo: todo son problemas, problemas. Nada más que PROBLEMAS, ¡estoy hasta las narices de los PROBLEMAS!; y se concentró de tal manera en el tema y en contármelos que, creo, se olvidó de con quien estaba hablando.
Y empezó a castigar esos problemas venenosamente, usando en el proceso una gran cantidad de términos teológicos y, me da vergüenza confesarlo, no los decía ciertamente desde un punto de vista teológico, pero SI entendí lo que quería decir. Porque Javier tiene esa virtud que los eruditos llaman capacidad de comunicación.
Entonce fue cuando yo le dije, Javier: ¿Te gustaría liberarte de esos problemas, verdad? Y él me contesto: ¿pero que dices? ¡CLARO QUE ME GUSTARÍA DESACERME DE LOS PROBLEMAS!
Como a mi me gusta ayudar a la gente siempre que puedo, me puse a meditar, a pensar, a analizar y por fin encontré una solución que consideré que no estaba mal del todo por que por lo menos era verdad.
Y entonces le dije: JAVIER, precisamente el otro día tuve que ir a una parte en las afueras de Orense, a un asunto personal, si me permites llamarlo de este modo. Era un sitio bastante amplio y el encargado que estaba allí me dijo que según sus cálculos había allí por lo menos unas 25.000 personas y ni una de ellas tenía problemas. Nada más decírselo vi que su entusiasmo cubría el semblante de Javier e iluminaba sus ojos mientras me decía:
- ¿En Ourense?¡Eso es lo que busco! Y continuó diciendo, ¡LLÉVAME A ESE LUGAR!
-De acuerdo,le dije, tú lo has querido: te llevaré. Es el nuevo CEMENTERÍO que han hecho en la carretera Orense-Maceda.
Y este es un hecho: Nadie allí tiene problemas. Para ellos la fiebre de la vida ha terminado. ¡Descansan en Paz!. Les preocupa muy poco lo que tú o yo veamos esta noche en la TV o lo que leamos mañana en los periódicos. No tienen absolutamente ningún problema, ni pequeños ni grandes, nada, cero ¡ESTAN MUERTOS!
Por tanto creo que podemos deducir con absoluta lógica que los problemas constituyen un signo de vida.
Una razón de por qué un pensador positivo obtiene resultados positivos es por que no tiene miedo a los problemas, la verdad es que encuentra los problemas excitantes. Le gusta tomar un problema complejo y difícil, descomponerlo y volverlo a juntar de nuevo de modo correcto; no huye ante los problemas, no se queja de los problemas, le gustan los problemas.
Pues bien, ese fenómeno conocido como problema no es de lo más popular en este mundo de hombres libres y valientes. Y tengo la profunda impresión que el individuo medio piensa que la vida simplemente sería maravillosa si tuviéramos menos problemas, o problemas más fáciles o mejor aún, ningún problema y de ningún tipo.
Y ahora me gustaría preguntarte: “¿estarías realmente mejor si tuvieras menos problemas¿ ¿O problemas más fáciles? o mejor ¿ningún problema? ¡¡EH!! Contéstate: ¿ESTARÍAS REALMENTE MEJOR?
Te contestaré a esta pregunta contándote un suceso que me ocurrió hace unos años.
Paseaba yo por la Gran Vía de Vigo cuando vi que un amigo mío de Ourense se me acercaba. Por lo melancólico y desconsolado de su aspecto resultaba evidente que no estaba, por decirlo así, rebosando de gozo ante la gloriosa exhuberancia de la existencia humana -una forma elegante de decir que JAVIER estaba por los suelos, estaba ¡hecho polvo!
¿Como estas, Javier?, le pregunté. Como comprenderás no era más que una fórmula de cortesía, pero la verdad es que resultó un enorme fallo por mi parte preguntarle eso, porque Javier me lo tomó en serio, y durante 15 minutos me explico meticulosamente lo mal que se sentía........ y cuanto más hablaba peor me sentía yo.
Finalmente le dije: ¡Javier!, ¿Quieres decirme realmente cual es tu problema? ¿Qué te preocupa? Me gustaría ayudarte, si pudiera.
Eso le hizo dispararse. Ohh ....me dijo: todo son problemas, problemas. Nada más que PROBLEMAS, ¡estoy hasta las narices de los PROBLEMAS!; y se concentró de tal manera en el tema y en contármelos que, creo, se olvidó de con quien estaba hablando.
Y empezó a castigar esos problemas venenosamente, usando en el proceso una gran cantidad de términos teológicos y, me da vergüenza confesarlo, no los decía ciertamente desde un punto de vista teológico, pero SI entendí lo que quería decir. Porque Javier tiene esa virtud que los eruditos llaman capacidad de comunicación.
Entonce fue cuando yo le dije, Javier: ¿Te gustaría liberarte de esos problemas, verdad? Y él me contesto: ¿pero que dices? ¡CLARO QUE ME GUSTARÍA DESACERME DE LOS PROBLEMAS!
Como a mi me gusta ayudar a la gente siempre que puedo, me puse a meditar, a pensar, a analizar y por fin encontré una solución que consideré que no estaba mal del todo por que por lo menos era verdad.
Y entonces le dije: JAVIER, precisamente el otro día tuve que ir a una parte en las afueras de Orense, a un asunto personal, si me permites llamarlo de este modo. Era un sitio bastante amplio y el encargado que estaba allí me dijo que según sus cálculos había allí por lo menos unas 25.000 personas y ni una de ellas tenía problemas. Nada más decírselo vi que su entusiasmo cubría el semblante de Javier e iluminaba sus ojos mientras me decía:
- ¿En Ourense?¡Eso es lo que busco! Y continuó diciendo, ¡LLÉVAME A ESE LUGAR!
-De acuerdo,le dije, tú lo has querido: te llevaré. Es el nuevo CEMENTERÍO que han hecho en la carretera Orense-Maceda.
Y este es un hecho: Nadie allí tiene problemas. Para ellos la fiebre de la vida ha terminado. ¡Descansan en Paz!. Les preocupa muy poco lo que tú o yo veamos esta noche en la TV o lo que leamos mañana en los periódicos. No tienen absolutamente ningún problema, ni pequeños ni grandes, nada, cero ¡ESTAN MUERTOS!
Por tanto creo que podemos deducir con absoluta lógica que los problemas constituyen un signo de vida.
Todo problema con lleva su propia solución. |
by Carlos Bosquet
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